Objetivo: Confesar a todas las almas posibles mi conversión a zombie y mi catarsis al salir del hoyo.
Recuerdo que cuando era una niña me gustaba sentarme en una pequeña mesita de madera y jugar con el engrudo, plastilina, palitos, acuarelas... terminaba completamente decorada cual piñata pero muy feliz de ser reconcida por el "exigente público" como una verdadera artista .
Me divertia tambien viajando al mundo de las princesas o buscando conejos de chocolate que mi padre dejaba afuera de la casa, tocaban la puerta y yo les abria, bueno también les abria la boca y se iban al cielo.
Era un mundo mágico y real, este licuado me hacia vivir el momento, no importaba el pasado, no importaba el futuro, solo el hoy.... Lo único tenebroso eran los perros ( a los cuales les tenia un miedo espantoso porque me odiaban, un día intenteron devorarme jeje) y el otro miedo era algo bastante grave: la desaparición de mis juguetes ( el miedo residia en algo verídico, ya que en una ocasión mi hermana no los vigilo y los robaron), Peter era mi soldado favorito, él desaparecio esa tarde ... ¿Acaso te fuiste a la guerra del desierto? ¿Dónde estas ahora Peter?
Creo que crecí cuando sentí que mi deber como la mayor era cuidar a mi hermana, cargar las bolsas pesadas del mandado , ver en que podía ayudar mientras mis papas trabajaban... La palabra Responsabilidad se hizo presente.
Tenía una pasion: leer en la noche, recuerdo que mis padres nos iban a decir buenas noches y yo checaba que ya estuvieran dormidos para leer mis cuentos por horas, mi cuento favorito era el de los zapatos rojos de Andersen.
Meditando los acontecimientos , creo que este cuento influyo en mí. Probablemente en el transcurso de mi vida inconscientemente quise eliminar el fatídico final de Karen ( en donde el verdugo le corta los pies ) y concentrarme en la evocación de brillantez que ella sintio al usar esos zapatos.. puede ser que esa impresión de poder es la que me empujo a ser zombie..
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